Motivos para que los niños toquen un instrumento
Motivos para que los niños toquen un instrumento
Escuchar música, asistir a un concierto, la música entretiene, divierte, pero hacer música es otra historia... ¿Es buena la práctica musical desde una edad temprana?. Aprender a tocar un instrumento musical tiene muchas ventajas para los más pequeños, cognitivas, motrices y mentales entre otras muchas. A continuación os vamos a explicar algunos de los motivos fundamentales por los cuales deberíais animar a vuestros hijos a aprender a hacer música y descubrir un maravilloso nuevo mundo.
Los niños que hacen música son mejores estudiantes
El estudio llevado a cabo por Martin Guhn y su equipo de científicos de la Universidad de British Columbia en Vancouver sobre este tema, aunque aún bastante reciente es muy esclarecedor. El principal objetivo de este estudio era responder a la pregunta de si los estudiantes que tocan algún instrumento en la banda de la escuela, orquesta o coro, son más eficientes que el resto de sus compañeros que no tocan ningún instrumento. Se evaluaron datos de más de 110.000 estudiantes canadienses, de los cuales el 13 por ciento hacían música. Las conclusiones del trabajo arrojaron que, cuanto más frecuentemente e intensivamente un niño hace música, mejores son sus notas. Y lo que es más, aquellos que han estado tocando un instrumento por varios años están, de media, un año escolar más adelantados que sus compañeros que no hacen música.
Hacer música puede promover la inteligencia y la capacidad lingüística
Desde hace más de diez años, investigadores del cerebro del Instituto Max Planck para las Ciencias Cognitivas y Neuronales en Leipzig llevan realizando estudios sobre la influencia del aprendizaje musical en el habla y el procesamiento musical en niños. En sus estudios, Sebastian Jentscke y Stefan Koelsch llegaron a la conclusión de que la música y el lenguaje se procesan en las mismas áreas del cerebro. Esto significa que los niños que tienen un grado avanzado en interpretación musical también lo suelen tener en sus habilidades lingüísticas. Y esto, evidentemente, es absolutamente útil en la escuela y en el mundo laboral.
Hacer música fortalece la confianza propia
Si los niños aprenden a tocar un instrumento, podrán superar más fácilmente pequeños escollos al principio y en el futuro incluso dificultades más grandes. Con cada nuevo proceso de aprendizaje van quitando obstáculos de su camino. Gradualmente irán haciéndose mejores a la hora de resolver problemas y pronto podrán hacer cosas que no todo el mundo será capaz de hacer. Esto fortalecerá su confianza propia y auto estima, haciéndolos más fuertes mentalmente, incluso en situaciones que no tengan que ver estrictamente con la música.
Capacidad de autorreflexión: una cualidad positiva para la vida
Es un hecho que cuando los niños están ocupados con un instrumento, por defecto, también se están ocupando de sí mismos, de su cuerpo y mente. Básicamente se van a escuchar atentamente a sí mismos. Para dominar un instrumento se necesita un control corporal preciso e intrincado. Esto se desarrolla en la interrelación de los sentidos y la auto reflexión, una cualidad que ayudará a los niños durante toda sus vidas.
Mayores competencias sociales y cooperativas
Los músicos deben tomar en consideración a los otros músicos con los que tocan y escucharse entre ellos. Si todo el mundo en una banda o en una orquesta sólo tocara para sí mismos, la canción o composición se convertiría en un galimatías. Cada uno tiene su tarea específica dentro del conjunto a la vez que todos se ayudan y apoyan mutuamente. Esto es un proceso de aprendizaje personal sobre el respeto a los otros a tu alrededor, lo que promueve mejores competencias sociales, algo que es muy importante aprender a una edad temprana.
Hacer música incremente las habilidades cognitivas y la concentración
El movimiento y la coordinación, el tocar y el sentir, el escuchar y ver están muy conectados a la hora de hacer música, por no mencionar el uso de la imaginación y la creatividad. Las habilidades cognitivas y la agilidad mental se incrementan casi de forma instantánea. Según un estudio llevado a cabo por Ines Jetsch, de la Universidad de St. Andrews (Reino Unido), «una educación musical superior conlleva una mayor rapidez a la hora de resolver problemas, sin que esto comprometa la efectividad, así como una mayor eficiencia en el procesamiento de información y, por tanto, una habilidad mayor de concentración«.
Aprender a tocar un instrumento entrena la paciencia y la resistencia
Puede llevar un tiempo antes de que un niño domine un instrumento y sea capaz de poder hacer sus primeros conciertos. Cuando practican su instrumento lo harán con esmero y ánimo, pero a veces se hará pesado y probablemente quieran dejarlo. Pero si vosotros (padres, familiares o profesores de música) les animáis con cuidado, seguirán intentándolo y verán recompensados en un futuro no muy lejano sus esfuerzos. Y eso, qué duda cabe, les proporcionará un gran sentimiento de felicidad.
Creatividad hasta los huesos
Los instrumentos abren una puerta a un mundo completamente nuevo para vuestros hijos. Les permite probar cosas, experimentar, simplemente hacer algo desconocido y sin precedentes. A lo mejor incluso tocarán canciones conocidas con su propio toque individual. A lo mejor improvisarán y ejecutarán el tono perfecto en el contexto perfecto y en el momento adecuado. Si dejáis que vuestros pequeños aprendan su instrumento favorito, les estaréis permitiendo descubrir su yo interior, algo que les acompañará por el resto de sus vidas.
Un instrumento es un amigo valioso
El primer instrumento, especialmente, se convierte en un mejor amigo, un confidente, que es fiel al niño en todas las situaciones. Tanto si es un violín, como una trompeta, una flauta, guitarra, teclado o acordeón, el niño apreciará el valor del instrumento porque entre ellos habrá una relación íntima y especial. Incluso los niños más tímidos y reservados son capaces de expresar sentimientos que no serían capaces de expresar o que no querrían expresar de otra forma. Una salida para sus emociones.
Crear Comunidad
Y por último: tocar un instrumento es mucho más que manejar una máquina. Es una forma de vida y los niños la compartirán con un increíble número de personas con las mismas inquietudes. La mayoría de músicos han tenido la misma experiencia o muy parecida cuando pasan de tocar sus primeras notas a tocar piezas más complejas. Una comunidad extraordinaria con un gran sentido de unidad.